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Autismo

He pasado los últimos 5 años de mi vida tratando casos de autismo de forma voluntaria y personal, entregando lo mejor de mis conocimientos médicos al servicio de las familias que veían cómo se les iba un hijo sin poder hacer nada. Y he aprendido  mucho a todos los niveles.

No es cierto que el autismo sea solo una enfermedad psiquiátrica o neurológica o un padecimiento psicológico o una forma de ser. La mayoría de estos niños nacieron sanos y crecían lo mejor posible hasta que un agente externo provocó el cuadro, a veces de forma rápida y otras en un declive continuo, a la vista de su familia.

Son niños enfermos. Padecen muchas enfermedades abordables médicamente que no hacen más que empeorar su aspecto cognitivo, su comportamiento y su desarrollo general. La propia condición de su padecimiento hace que no identifiquen lo que les pasa y muchos no lo puedan expresar: se aprietan contra el borde de la mesa sin poder decir “me duele la tripa” en algunos casos, agreden a la madre o a los compañeros en el momento de máximo dolor en otros, se autoagreden con golpes en la cabeza sin poder explicar su molestia, no duermen, comen sin parar...

Esta es una lista de padecimientos encontrados con mucha frecuencia en nuestros niños con autismo:

1.- Patología gastrointestinal: Hasta en un 100% ileítis, es decir, inflamación del final del intestino delgado, donde se absorben muchos nutrientes, en especial la vitamina B12 y se reciclan los ácidos biliares;  inflamación intestinal crónica a otros niveles en un alto porcentaje; disbiosis intestinal (en un estudio personal, todos con baja flora muconutritiva y bajos lactófilus productores de H2O2 y más alteraciones de la flora intestinal variadas);  maldigestión y malasorcion de principios inmediatos por insuficiencia pancreática exocrina, enfermedad celiaca, malnutrición por deficiencias vitamínicas y de minerales e intolerancias y alergias a alimentos.

2.- Deficiencias del sistema inmune de mucosas, con baja IgA, infecciones víricas, bacterianas y fúngicas crónicas, con inflamación crónica. Inhibición de la actividad antiparasitaria.

3.- Alteraciones graves en rutas metabólicas bioquímicas: En los procesos de detoxificación de endo y exotoxinas (entre ellas, pesticidas y metales pesados), metilación, transulfatación. Stress oxidativo, acidosis láctica y alteraciones en el transporte de iones metálicos.

4.- Defectos en el metabolismo de los neurotransmisores: serotonina, dopamina, catecolaminas…y alteraciones endocrinas: hipotiroidismo y otras.

Lo primero que hacemos con estos niños es una buena historia clínica que incluya cómo estaban la madre y el padre antes del embarazo y en el momento de la concepción del bebé, su relación, sus enfermedades (la flora intestinal de la madre se ve afectada por hormonas, medicaciones, alimentación y es la que determina la flora que va a adquirir el hijo en primera instancia), cómo fue el embarazo, vacunas recibidas durante este por la madre, cómo fue el parto y post parto ( un parto complicado o largo puede producir una compresión de los huesos de la base del cráneo del niño que puede producir autismo por sí misma o facilitarlo), la historia del niño desde el nacimiento: desarrollo, enfermedades, sueño, alimentación, medicamentos, vacunas, entorno, tratamientos realizados, documentación y pruebas médicas. Exploración física por aparatos y entrevista sin prisa y profunda sobre su estado actual.

La terapia propuesta consta de:

1.- Saneamiento intestinal, con acción anticandidiásica y antifúngica en general y recolocación de la flora sana en su lugar. Terapia de protección hepática y renal. Sellado de la barrera intestinal. Regulación del ritmo de evacuaciones. Control de la gastritis y el reflujo si lo hubiera.

2.- Cambio dietético con exclusión de lo que pueda provocar inflamación intestinal. Si es posible por edad (a partir de los 5-7 años) se pueden hacer pruebas de intolerancias alimentarias o alergias alimentarias grado III.

Seguimos en todo lo demás las indicaciones de la dieta de Santa Hildegarda para enfermos con exclusión de los venenos de cocina y la carne de cerdo y las de la dieta infantil, si el niño afectado es pequeño.

3.- Pelitre en polvo tres veces al día para la buena digestión de los alimentos y para las infecciones intracelulares. Otros apoyos digestivos y circulatorios.

4.- Terapia antiparasitaria y de detoxifiación adecuadas a la edad del niño.

5.- Terapia con gemas. Ver Las Piedras que Curan de Santa Hildegarda de Bingen.

6.- En el autismo, la comunicación alma-cuerpo se encuentra interrumpida. Para rehacerla estimularemos los sentidos: vista, oído, tacto, gusto, olfato y la propiocepción.

7.- Usaremos como apoyo la osteopatía sacrocraneal del Dr Updelger y su escuela en niños con partos manipulados o complicados, para favorecer la circulación del LCR (líquido cefalorraquídeo).

8.- Para el sueño y las pesadillas usaremos varios remedios de la medicina de Santa Hildegarda.

9.- Para la autoinmunidad, tan predominante en los niños con autismo, con anticuerpos anti componentes neurológicos y endocrinos,

usaremos el remedio indicado. Valoraremos el análisis de sangre hildegardiano en niños mayores de 12 años y la autohemoteria simple semanal 10 semanas.

10.-  Recomiendo medidas de protección ante radiaciones electromagnéticas en el hogar y centro escolar, a las que nuestros niños son muy sensibles.

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